lunes, 29 de octubre de 2018

Escritores del siglo de Oro. Mateo Alemán


Mateo Alemán

Mateo Alemán y de Enero (Sevillaseptiembre de 1547 – México, ​ 1614​) fue un escritor español del Siglo de Oro conocido fundamentalmente por la novela picaresca Guzmán de Alfarache, publicada en dos partes, en 1599 y 1604, que estableció y consolidó los rasgos característicos de dicho género.

Bibliografía
Fue bautizado en la iglesia colegial del Divino Salvador el 28 de septiembre de 1547, como hijo de Hernando Alemán, del que se discute su origen converso (entre sus antepasados pudo haber un judaizante que murió en la hoguera) ​ y médico-cirujano de la Cárcel Real de Sevilla desde 1557, y su segunda esposa, Juana de Enero, hija de un comerciante de ascendencia florentina. Nació, pues, el mismo año que Miguel de Cervantes, pero su concepción de la vida es misantrópica y mucho más pesimista que la de éste:
Todos vivimos en asechanza los unos de los otros, como el gato para el ratón y la araña para la culebra
Se cree que empezó a estudiar Humanidades en el estudio de Juan de Mal Lara; en todo caso, se graduó de bachiller en Artes y Teología (1564) en la universidad llamada Maese Rodrigo. Después estudió Medicina en la Universidad de Salamanca y en la Universidad de Alcalá de Henares, pero al morir su padre en 1567 quizá abandonó los estudios, puesto que no figura en los libros como licenciado.
En otoño de 1568 ya está en Sevilla, y él y su madre reciben un préstamo del capitán Alonso Hernández de Ayala, a condición de que Mateo se casase con doña Catalina de Espinosa si no devolvía el dinero en el plazo establecido; aunque Alemán intentó aplazar el compromiso, tuvo que casarse con doña Catalina, a riesgo de ser encarcelado; el matrimonio terminaría años después en separación.
Ejerció como recaudador del subsidio de Sevilla y su arzobispado; en Madrid, le nombraron contador de Resultas en la Contaduría Mayor de Hacienda. Desde 1573 residió en Sevilla, donde tenía diversos negocios según los documentos; en uno vende una esclava morisca, en otro, compra una capilla para la cofradía de los Nazarenos, de la que era hermano. Para esta corporación redacta unos estatutos en 1578​. Le encarcelaron por deudas en 1580 y pasó en la cárcel de Sevilla dos años y medio, donde aprovechó para asimilar las costumbres de la vida criminal que luego aparecerán en su famosa novela Guzmán de Alfarache y que ya debía de conocer a causa de la profesión del padre.
Aunque hizo información para pasar a las Indias, no llegó a hacerlo en aquel momento. En 1586 se hallaba en Madrid. En 1593 viajó a Almadén como juez visitador para inspeccionar las famosas minas de mercurio arrendadas por el monarca a los banqueros alemanes Fugger o Fúcares. Se conserva la relación que escribió con tal motivo, para la cual tuvo que interrogar a varios reos forzados a trabajar allí, que debieron de inspirarle algunos personajes y pasajes de su obra. En su encuesta a los penados se describen algunos hechos como el que sigue: en su declaración, Fray Juan de Pedraza habla, contestando a la pregunta de Mateo Alemán, sobre los tratos que daba a los forzados Miguel Brete:
en el tiempo que fue veedor andaba con un bastón hacía entrar a los forzados en el horno, estando abrasando, a sacar las ollas y que del dicho horno salían quemados y se les pegaban los pellejos de las manos a las ollas y las suelas de los zapatos se quedaban en el dicho horno y las orejas se les arrugaban hacia arriba del dicho fuego y que de la dicha ocasión habían muerto veinticuatro o veinticinco forzados... Entre los cuales han muerto en la dicha ocasión se acuerda este testigo de un esclavo de los Fúcares que se llamaba Francisco el Morisco y otro esclavo de un vecino de Toledo que se llamaba Juan Bautista y el amo Francisco de Tapia, que era forzado, y el dicho esclavo servía en su lugar... y vio este testigo que morían sin juicio y haciendo bascas como hombres rabiosos... y otros fueron rabiando que era menester atarlos de pies y manos y aun las cabezas y sabe que algunos de ellos murieron sin confesión ni sacramentos [...]

Una vez de vuelta a la Corte empezó a elaborar traducciones de arias odas de Horacio y redactó un prólogo para los Proverbios morales de Alonso de Barros, impresos en Madrid en 1598. También escribió la Primera parte de Guzmán de Alfarache, terminada a fines de 1597 y editada en 1599. Esta obra, una novela picaresca, estableció el canon del género a imitación del Lazarillo de Tormes y alcanzó un éxito formidable en España y Europa.
En 1601 volvió a Sevilla comido de deudas, por las que fue encarcelado otra vez en 1602 hasta que lo sacó su pariente Juan Bautista del Rosso. Este mismo año se publicó en Valencia una segunda parte apócrifa del Guzmán de Alfarache, escrita por Mateo Luxán de Sayavedra (seudónimo del abogado valenciano Juan Martí), y ambas partes se publicarían en Milán en 1603, atribuidas a Mateo Alemán. Una tercera parte debida al portugués Machado de Silva aparecerá mucho después de la muerte de ambos hacia 1650.

Óleo sobre lienzo pintado en el siglo XIX, obra de Manuel Cabral y Aguado Bejarano, inspirado en un grabado aparecido en su obra San Antonio de Padua, de 1605. Se encuentra en la Galería de Sevillanos Ilustres de la Universidad de Sevilla.
Alemán, enfadado y espoleado por esa segunda parte, se propuso acabar definitivamente su segunda parte; en 1604 publicó en Sevilla la primera edición de su Vida de san Antonio de Padua y en Lisboa, la auténtica Segunda parte del Guzmán de Alfarache, también en ese mismo año. El éxito europeo de su obra fue formidable: casi de inmediato salía una traducción italiana de las prensas venecianas de Barezzi (1606); en alemán se publicó en Múnich en 1615; G. Chappuys, tradujo al francés la primera parte, imprimiéndola en París en 1600; J. Chapelain tradujo las dos partes de la novela al francés y las publicó en París en 1620; dos años después se estampaba en Londres la versión inglesa de James Mabbe que, en un prólogo extraordinario, dice del pícaro Guzmán que era «semejante al navío que anda dando bordes en la ribera, y nunca acaba de tomar puerto». En 1623, en Colonia, se publicó la primera de las dos traducciones al latín que se hicieron del Guzmán en el siglo XVII.
En 1608 obtuvo licencia para pasar a México, ciudad a donde llegó ya viejo y cansado, y entró a servir al arzobispo fray García Guerra. En 1609 publicó una Ortografía castellana, que defendía la tendencia fonetista frente a la etimologista. En 1613 escribió Sucesos de don fray García Guerra, arzobispo de México, a cuyo cargo estuvo el gobierno de Nueva España, obra que incluye una "Oración fúnebre" en memoria del prelado. En 1615 residía en la localidad mexicana de Chalco. ​ No se tienen más datos de él y debió morir poco después.

Obra
La obra maestra por la que se le recuerda es fundamentalmente el Guzmán de Alfarachenovela picaresca conocida como El pícaro por antonomasia, en la lengua de la época y publicada en dos partes: la primera en Madrid en 1599 y una segunda en Lisboa en 1604 con el subtítulo de Atalaya de la vida humana. La narración es autobiográfica como en el Lazarillo de Tormes, aunque el personaje posee una doble dimensión, como pícaro y como pecador arrepentido, que corresponden a las dos fases sucesivas de su vida.
La novela se convirtió en el primer best seller de la historia, siendo traducida al inglés, al italiano, al latín, al alemán y al francés. ​ Influyó en la literatura de toda Europa. ​ Si bien se suele citar a El Quijote como la primera novela moderna, otros opinan que ese mérito corresponde a Guzmán de Alfarache​ y que esta novela influyó enormemente en Cervantes. ​
El relato principal, narrado en un primoroso estilo, se halla cuajado de digresiones didáctico-moralizantes y ejemplos eruditos antiguos y modernos, sacros o profanos; dominan sin embargo Séneca, el Evangelio, el refranero popular y los lugares comunes de la predicación de la época. También se introducen novelas cortas como la novela morisca Ozmín y Daraja, y otras de inspiración más bien italiana como la de Dorido y Clorinia o la historia de Bonifacio y Dorotea, quizá con la función de reposar la acción principal.
El Guzmán consolidó la fórmula de la novela picaresca en España y Europa, pues fue muy traducida, a veces incluso expurgada de las digresiones de tono moral que trufaban la narración, lo que impedía el propósito moral que el autor se había propuesto; éste había prometido una tercera parte que no llegó nunca a publicar.
La principal característica de la filosofía de la vida emanada del Guzmán de Alfarache es un misantrópico pesimismo: la vida del hombre es una milicia en la tierra contra un mundo hostil que se mueve por la violencia; el protagonista intenta una y otra vez reformarse pero siempre vuelve a caer en el vicio, a la manera de Sísifo. Tan negra visión se suele atribuir a la atribulada vida del autor, o a su condición de descendiente de judíos conversos; en todo caso, las restantes obras del autor atestiguan que se trata de un moralista cristiano imbuido de la convicción de la absoluta igualdad de todos los hombres, y de la valoración de la virtud propia y de la dignidad por encima de los grupos y las castas.

No poder comentar el libro leído


Cara que se nos pone ante el decepcionante final de un libro


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Libros son armas de construcción masiva


Una buena lectura


Los libros son ....


lunes, 22 de octubre de 2018

ESCRITORES DEL SIGLO DE ORO. Baltasar de Alcazar


Baltasar del Alcázar

Baltasar del Alcázar
 (Sevilla1530 – Ronda1606) fue un poeta español del Siglo de Oro.
Biografía
Fue el sexto hijo de don Luis del Alcázar, jurado del cabildo municipal de Sevilla. Se alistó como soldado en las galeras de don Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz. Durante un tiempo fue prisionero de los franceses, que lo liberaron poco después. Sirvió también en la guarnición militar del castillo de Jaén, época que recogió en diversos poemas. Siendo ya conocidos algunos de sus poemas, se casó en 1565 y fue nombrado por el duque de Alcalá, don Fernando Enríquez de Ribera, alcaide del castillo y villa de Los Molares. En 1583 vuelve a Sevilla para convertirse en administrador del conde de Gelves. Ya mayor se fue a vivir con una hija suya a Ronda, donde enfermó del mal de piedra y de gota, muriendo en 1606 sin haber publicado ninguna de sus poesías. Estas se conservan gracias a las copias de un solo manuscrito, hoy perdido, que confeccionó el pintor Francisco Pacheco, quién también dibujó el único retrato que se conoce de él.
Obras
Baltasar del Alcázar es un autor ignorado por la crítica literaria ya que no hay muchos estudios acerca de su obra, además de que en su tiempo no tuvo fama ni aun después de su muerte. Probablemente esto sea por las temáticas variadas de sus versos, sin embargo, solo es una suposición. Únicamente existen dos ediciones de toda su obra poética: la de 1910 y otra editada en el 2001, no obstante, la última es de poco acceso. Con respecto al primer libro, este divide las composiciones del escritor de la siguiente manera: poemas de carácter amatorio; festivo, incluyendo sus epigramas; religioso y poesía variada, cuya categoría agrupa algunas epístolas, sonetos dirigidos a Cetina o familiares, enigmas, algunas traducciones, odas y otros tantos de corte mitológico.
En toda su obra, como ya se dijo, Baltasar del Alcázar demuestra una versatilidad en sus composiciones al abordar temas que van desde el antipetrarquismo hasta los poemas de carácter religioso. No obstante, sus composiciones que más destacan son las que se mueven en la línea de lo burlesco y paródico. Por ejemplo, sus epigramas retratan la vida cotidiana de los siglos de oro y se burla de ciertas actitudes de la sociedad, sobre todo de las mujeres, destacando su físico y su moral ya que el prototipo de la mujer descrita por Alcázar será la de una persona sin escrúpulos.
En cuanto al eje del antipetrarquismo, tanto los tópicos como los temas del petrarquismo serán ridiculizados y denotará por igual los malos vicios del amante como los de la amada. La mujer destacará por un gozo en las cuestiones sexuales y actuará por un interés económico, dejando a un lado el ideal neoplatónico. Asimismo, la materia mitológica adquirirá un tinte paródico, como el «Discurso de unos cuernos» refleja.
Sobre los aspectos religiosos en su poesía, la información es mínima pues los especialistas casi no han abordado en él y solo mencionan que: “sus poemas devotos, o bien son de corte popular y están inspirados en la Contrarreforma (mediación de la Virgen y de los santos, exaltación del sacramento de la Eucaristía) o bien, están escritos en moldes petrarquistas y están inscritos en la reforma erasmiana”. ​ En suma compuso numerosos sonetos, alguno incluso en la variante del soneto del soneto.

·         «A un giboso de delante»
·         «A una mujer escuálida»
·         «Constanza»
·         «Dios nos guarde»
·         «Doña Valentina»
·         «El estudiante»
·         «Hiere la hermosa Elvira...»
·         «Entraron en una danza...» («El baile»)
·         «Job»
·         «La capa»
·         «La nariz de Clara»
·         «Los ojos de Ana»
·         «Salir por pies»
·         «Preso de amores»
·         «Su modo de vivir en la vejez»
·         «Una cena jocosa»
·         «Yo acuerdo revelaros un secreto».

·         «A Cristo»
·         «Al amor»
·         «Cercada está mi alma de contrarios»
·         «Di, rapaz mentiroso».

Otros
·         «Cena jocosa»
·         «Diálogo entre dos perrillos»
·         «Diálogo entre un galán y el eco»
·         «Consejos a una viuda».


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lunes, 15 de octubre de 2018

Agustín de Rojas Villandrando. Escritores españoles del siglo de oro


Agustín de Rojas Villandrando

Retrato de Agustín de Rojas Villandrando en la portada de su obra, "El viaje entretenido". Barcelona, 1624. Imagen procedente de los archivos de la Biblioteca Nacional de España.
Agustín de Rojas Villandrando (Madrid1572-Paredes de NavaPalencia, antes de 1635), escritor, actor y dramaturgo español del Siglo de Oro, especializado en el género de la loa.
Biografía
Dejó él mismo bastantes datos autobiográficos en sus misceláneas El viaje entretenido (1603) y El buen repúblico (1611), en las cuales hace una relación de su vida llena de sucesos tan interesantes como inverosímiles. Según Emilio Cotarelo y Mori, gran estudioso del teatro breve, era
un espíritu aventurero, ingenio agudo y perspicaz, ansia de saber y ver, impaciencia por gozar de la vida y paciencia inquebrantable para sobrellevar los infortunios. Aunque haya exageración en el relato de sus hazañas, que fragmentariamente nos dejó en sus obras, todavía resulta un personaje harto curioso, aun para su tiempo, que tantos y tan extraordinarios produjo.
Fue soldado en Francia, estuvo prisionero en La Rochelle y después fue corsario contra los ingleses. Pasó por varias ciudades de Italia y fue perseguido por la justicia por haber dado muerte a un hombre en Málaga; se acogió a sagrado en el templo de San Juan, y allí compró su libertad por trescientos ducados mediante las gestiones de una mujer que se enamoró de él y que al salir tuvo que mantener como amante suya, trabajando como "negro" de eclesiásticos para los que escribía sermones; además sobrevivió como ladrón de capas, sombreros, tizonas y huertas, "tirando de la jábega" varios meses. Vivió en varias ciudades de España: SevillaGranada, donde al prohibirse las comedias entre 1598 y 1600 tuvo que poner una mercería con la que vivió una efímera etapa de esplendor económico, y Valladolid (1602) sin que a veces se supiera de qué se mantenía, por lo que le llamaron "El caballero del milagro", título de una comedia decimonónica de Luis de Eguílaz inspirada en la vida del escritor. Desde 1601 había empezado a frecuentar la compañía de los cómicos y a ir con ellos de un lugar a otro. Debió morir en Paredes de Nava antes de 1635, puesto que su mujer Ana de Arceo, con la que se casó en 1603, ya se llamaba viuda en ese año, si bien el último documento que se halla sobre el escritor lleva fecha de 1618: una petición de confirmación del privilegio de hidalguía hecha en Santa María del Valle, en la cual afirmaba ser escribano de Su Majestad y del número de Zamora.
Obra
El principal oficio de Rojas fue el de comediante, bien en la faceta de "ingenio" o autor dramático, bien como actor, doble faceta en la que tuvo el precedente de Lope de Rueda. En El natural desdichado dejó una comedia que parece anunciar La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca.
En El buen repúblico (Salamanca, 1611) dejó un manual de buen gobierno escrito en forma de carta de Rojas desde Zamora a dos amigos suyos, Salustio y Delio, que viven en Sevilla; fue prohibido por la Inquisición a causa de ser demasiado crédulo en cuestiones de astrología y sospechoso el autor de ser de origen judío. El libro contiene muchos datos autobiográficos y en conjunto es una masa muy heterogénea de temas tratados con escasa originalidad. El título proviene del plan general de la obra, que trata sobre las buenas y las malas formas de gobierno y las relaciones entre el príncipe y los gobernados.
En El viaje entretenido (Madrid, 1603) elaboró una miscelánea con elementos picarescos redactada en forma de diálogo entre el propio Rojas y unos compañeros de su compañía teatral. Reúne un buen puñado de anécdotas sobre la vida teatral de entonces e información sobre la composición y costumbres de las compañías teatrales, tanto itinerantes como estables, enumerando y diferenciando: bululúñaquegangarillacambaleogarnachabojigangafarándula y compañía. ​ A todo ello añade además unas cuantas loas en prosa y en verso que empañan su valor histórico-documental. Por otra parte fue una obra muy popular, que inspiró al francés Paul Scarron Le roman comique; es más, el poeta del Parnasianismo Téophile Gautier se inspiró también en esta obra para escribir su novela El capitán Fracaso. Algunos críticos estiman que uno de los cuentos incluidos en El viaje entretenido, el titulado "Soñar despierto", pudo servir de inspiración, no sólo a la comedia del propio Rojas El natural desdichado, sino a obras como La vida es sueño de Calderón de la BarcaSchluck und Jan de Gerard Hauptmann y el prólogo de The Taming of the Shrew de William Shakespeare. ​


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martes, 9 de octubre de 2018

Escritores del Siglo de Oro. Hernando de Acuña


Hernando de Acuña

Hernando de Acuña (Valladolid1518 - Granada22 de junio de 1580) fue militar y poeta español petrarquista del Renacimiento.
Biografía
De origen noble, se dedicó a las armas y combatió como soldado en Italia bajo las órdenes del marqués del Vasto con quien participó en la guerra del Piamonte cubriendo la plaza dejada por su difunto hermano Pedro, y en Alemania. Cantó a dos damas, las Silvia y Galatea de sus versos durante su estancia hacia 1543 en Tesino. Detenido por los franceses es rescatado por el emperador, quien le nombró gobernador de Querasco. Finalmente participó en la famosa batalla de San Quintín.
Sobre 1560 deja la vida militar y se traslada a España, casándose con una prima suya llamada Juana de Zúñiga e instalándose en Granada, donde junto a don Diego Hurtado de Mendoza ejerció su influencia sobre los poetas jóvenes.
Obras
Pertenece a la primera generación de poetas españoles petrarquistas del Renacimiento. Mantuvo amistad con Garcilaso de la Vega, quien le dedicó un epigrama en latín poco antes de morir que fue impreso en la primera edición de El caballero determinado. Traductor de obras clásicas de grandes escritores latinos e italianos (el Orlando de Boyardo). Es conocido por sus sonetos, sus églogas y elegías, algunas de ellas dedicadas al Emperador Carlos I de España, tema de su famoso soneto "Ya se acerca, señor, o ya es llegada", que se hizo famoso por uno de sus versos, que resume el ideal político de Carlos I: "Un monarca, un imperio y una espada". También puso en quintillas dobles El caballero determinado de Olivier de la Marche, obra traducida en prosa por su amigo, el propio emperador Carlos I.
Su viuda publicó en Madrid a su muerte sus Varias poesías en 1591, un cancionero petrarquista afín a los publicados por poetas de su generación como Garcilaso de la Vega o Juan Boscán.