lunes, 8 de junio de 2015

¿Leer beneficia la salud mental?

Nos guste o no, los investigadores de la salud mental han avanzado en la idea de que la lectura es un hábito que contribuye al bienestar psicológico y cerebral de los seres humanos.
La Sociedad Española de Neurología ha difundido una lista de beneficios que implica para nuestro cerebro el hábito de la lectura.
Conexiones neuronales: Leer aumenta las conexiones neuronales. Guillermo García Ribas, Coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología, nos cuenta que “la lectura es una de las actividades más beneficiosas para la salud, puesto que se ha demostrado que estimula la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales”.
Es importante destacar que un cerebro activo no solo realiza mejor sus funciones, sino que incrementa la rapidez de la respuesta. Mientras leemos, obligamos a nuestro cerebro a pensar, a ordenar ideas, a interrelacionar conceptos, a ejercitar la memoria y a imaginar, lo que permite mejorar la capacidad intelectual estimulando las neuronas y las conexiones neuronales.


Reserva cognitiva:
En los últimos años muchos los estudios han relacionado el nivel de lectura y escritura con un aumento de la reserva cognitiva.
Asegura García Ribas que “Se ha comprobado que cuanto mayor reserva cognitiva posee un individuo, mayor capacidad tiene su cerebro para compensar el daño cerebral generado por ciertas patologías”.
Desde el punto de vista de la neurología, el concepto de reserva cognitiva ha cobrado una gran importancia, ya que existe una relación directa entre la misma y el buen funcionamiento cognitivo y ejecutivo de nuestro cerebro al envejecer. “Se ha demostrado que es un factor protector ante los síntomas clínicos de las enfermedades neurodegenerativas”, asegura García Ribas.
"Leer retarda y previene la pérdida de la memoria, por lo que permitiría retasar la aparición de estas enfermedades y reducir el número de casos”, concluye Guillermo García Ribas.
Antiestrés:
Aseguran los especialistas que leer, sobre todo relatos de ficción, puede ayudar a reducir el nivel de estrés.
Además, leer un poco antes de ir a dormir, puede ayudar al buen dormir y a tener un mejor descanso.
¿Por qué leer libros nos hace sentir bien?
Son muchos los motivos por los cuales la lectura nos hace sentir bien.
Usar la imaginación para visualizar aquello que estamos leyendo, entrar en un mundo distinto que el propio, participar de aventuras, son algunos de estos motivos.
También está el bienestar que provoca pensar y ver el mundo de una manera nueva. Al leer un libro nos identificamos con los personajes y las situaciones que ellos viven y eso nos permite aprender y percibir nuevas experiencias y formas de vida.
La lectura es siempre un acto creativo, porque cada lector interpreta e imagina aquello que está leyendo de una manera distinta y única. Es este no sólo un ejercicio de la libertad, sino también de la singularidad de cada uno. Tanto la libertad como la afirmación de la singularidad son fuentes de un enorme bienestar psicológico.
Leer es también una forma de poner la atención en algo que no es uno mismo. Eso permite que la mente se relaje de los problemas cotidianos y personales y que por un momento vuele hacia nuevos universos.
También ocasiona bienestar aprender nuevas palabras y la música que los sonidos de las palabras que vamos leyendo van provocando en nuestra mente. Así cada escritor combina los sonidos y los ritmos de las oraciones provocando en el lector distintos estados de ánimo.
Pero un nuevo motivo se agrega a esta larga lista.
Según un estudio de la Universidad de Búfalo (EE UU) publicado en la revista Psychological Science, cuando leemos un libro nos sentimos parte psicológicamente de la comunidad que protagoniza la narración. Este mecanismo satisface una necesidad humana fundamental: la de pertenencia a un grupo.
Para la investigación los investigadores trabajaron con dos best-sellers: Harry Potter y la piedra filosofal y Crepúsculo. Y estudiaron la identificación psicológica con magos y vampiros, respectivamente, de más de un centenar de sujetos antes y después de leer dos fragmentos de ambos libros durante media hora. De este modo comprobaron que los lectores se sentían identificados con uno u otro grupo en función del libro que les habían proporcionado.

Además, notaron que la pertenencia a las comunidades de ficción producía una mejora del estado de ánimo y la satisfacción similar a la de formar parte de grupos reales. Leer satisface una profunda necesidad psicológica, concluían los autores, la necesidad de formar parte de un grupo.

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