Gabriel Bocángel
Gabriel Bocángel y Unzueta (Madrid, 1603 - ibídem, 1658)
fue un poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro.
Biografía
Nació en Madrid en 1603, fue hijo del médico de la
familia real Nicolás Bocángel, o Bocangelino, y de Teresa de Unzueta y Ribera,
casados el 25 de abril de 1588 en Toledo. Fue bautizado en la parroquia de San
Martín, frente a la cual estaba su casa. De orígenes genoveses, su abuelo
paterno, Pietro Bocangelino, boticario, comerciante y cambista, se trasladó en
tiempos de Carlos V a Toledo,
donde inició un negocio familiar de exportación de lana. Según los vejámenes que se han conservado, era alto,
enteco, de larga cabellera rubia y tan galán, "que no se hallaba en qué
dalle vejamen".
Gabriel Bocángel estudió en Toledo y en Alcalá de Henares. Dominó
el español, el italiano, el latín y tal vez el griego clásico. Desde 1629
desempeñó el cargo de Bibliotecario del Cardenal Infante don Fernando de
Austria, hermano menor de Felipe IV, y otros
elevados puestos en la corte. En 1637 se casó en primeras nupcias con Eugenia
Bolero, que falleció a los catorce meses. En 1638 fue nombrado Cronista Real y,
algo más tarde, Contador de Resultas y de Libros. En 1640 casó en segundas
nupcias con Luisa de Urbina Pimentel, nieta de Juan
Gutiérrez Solórzano, médico de cámara de Felipe III. Tuvo muchos
hijos de ella; nos quedan los nombres de Nicolás, Jerónimo, Manuel, Teresa
Antonia, Cristóbal Gabriel y María Josefa. De su pluma salieron escritos sobre
fiestas, bautizos y otros acontecimientos destacados de la corte. Así, Retrato
panegírico del Serenísimo Señor Carlos de Austria, Infante de España (1633), La
fiesta real y votiva de toros (Madrid, 1648) o La perla de dos
orientes (Madrid, 1651).
Como poeta de academia, participó en los certámenes de
la Academia de
Madrid, donde coincidió con genios como Lope de Vega o Luis de Góngora. Si bien
no cultivó extensamente el teatro, fue el primero en introducir música en el
drama, por lo que se le considera el precursor de la zarzuela. Debido a esto, el rey Felipe IV le concedió
una pensión vitalicia.
Obras
Escribió la pieza El nuevo Olimpo (1649)
y la que es su mejor muestra en este campo, El emperador fingido,
publicada póstumamente en 1678 y de la que se hicieron tres ediciones más en
ese mismo siglo. En cuanto a sus poemas, pueden dividirse en dos grandes
grupos, profanos y sagrados. Entre los primeros destaca una ambiciosa fábula
mitológica, paráfrasis de Museo en 104 octavas reales de estilo
culterano, Fábula de Leandro y Hero, pero también cultivó la lírica
amorosa dedicando un pequeño cancionero
petrarquista a Filis, integrado por catorce sonetos.
Publicó dos colecciones de obras suyas, Rimas
y prosas, junto con la Fábula de Leandro y Hero (Madrid, 1627)
y Lira de las Musas, de humanas y sagradas voces, junto con las demás
obras poéticas antes divulgadas (Madrid: imprenta de Carlos Sánchez,
1637), colección de su poesía completa dedicada a su Alteza Serenísima el
Cardenal Infante don Fernando, de quien ya se ha dicho fue bibliotecario.
Bocángel es un maestro del soneto y un fino cincelador de versos;
refinó el magisterio de Góngora, aunque buscó mayor claridad que aquel,
y tuvo una especial sensibilidad y melancolía para los matices y la expresión
del paso del tiempo. Se aventuró a veces en el terreno de la meditación
filosófica. Junto con el Conde de
Villamediana, constituye uno de los más personales seguidores
del culteranismo del
poeta cordobés.
Se recuerdan especialmente los sonetos "A un español forzado" en una
nave que oye un clarín lejano y los dos que dedicó "A un soldado que
permaneció en pie un rato después de morir", pero hay muchos otros que
merecen compartir igual puesto.
Tu obstinado cadáver nos advierte
que hay vida muerta, pero no
vencida,
pues sólo en tu valor, sólo en tu
vida,
algo miró después de sí la muerte.
Fuerte es la Parca, pero tú más
fuerte;
no se debió a su golpe tu caída;
tú contra ti la ayudas ya rendida,
que, ¿quién pudiera, sino tú,
vencerte?
Tú dividiste el trance indivisible
de morir y postrarte, tan altivo,
que en el daño común no hallas
ejemplo.
¿Cuánto más que inmortal y que
invencible
contemplaré que fuiste cuando vivo,
si el cadáver intrépido contemplo?
Tras un primer intento realizado por
los dos volúmenes de Rafael Benítez
Claros, Vida y Poesía de Bocángel (Madrid: CSIC,
1946 y 1950), sus Obras completas han sido editadas crítica y
modernamente en dos volúmenes por Trevor J. Dadson (Iberoamericana, 2000).
Este mismo autor editó La lira de las musas (Madrid: Cátedra,
1985) y ha publicado numerosos estudios sobre la obra del poeta madrileño.
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