viernes, 10 de julio de 2015

Acaba de caer en mis manos y me ha parecido interesante para que practiquen este verano : Como contar un cuento

COMO CONTAR UN CUENTO

Hoy os enseñamos unos sencillos pasos para que aprendáis a contar cuentos, alguna vez te has preguntado cómo contar cuentos, por donde empezar, qué partes tienen los cuentos, etc…, Pues bien, hoy os daremos las claves para que contéis cuentos infantiles a vuestros hijos o alumnos como auténticos cuentacuentos.

COMO CONTAR UN CUENTO: PASOS

ÉRASE UNA VEZ…

Érase una vez una madre que quería contar un cuento a sus niños a la hora de dormir, y no sabía muy bien cómo hacerlo… Exploró en el buscador de internet cómo contar un cuento, y se inició en la lectura de las instrucciones que aparecían en la pantalla.
Cuando llevaba tres minutos leyendo, se percató de lo aburrida que estaba, apenas estaba asimilando lo que leía porque había mucha información, y nada le aclaraba cómo empezar a contar el cuento, ni cómo enlazar con el final. Apagó el ordenador, y comenzó a pensar

QUE QUIERO CONTAR EN EL CUENTO

La madre se dio cuenta de que uno de los primeros pasos para poder contar un cuento era saber sobre qué quería contarlo. Así que se puso a buscar en su memoria, daba vueltas y vueltas a los cuentos que se sabía de cuando era pequeña, pero ninguno le convencía. En el fondo quería ser la mejor madre del mundo contando un cuento a sus pequeños que les quitase el sueño, que les emocionase tanto que no pudieran dormirse… Siguió pensando, hasta que de repente, abrió mucho los ojos, y dijo: ¡Ya está!
Comenzó a escribir en su libreta de anotaciones, parecían palabras inconexas, hermano pequeño, acariciar, mirada, manotazos… La tarde anterior había vivido un episodio en casa que no le había convencido mucho, ya que su hija mayor estaba sufriendo celos de su hermano pequeño, y en ocasiones, sin motivo aparente, le empujaba y le hacía caer al suelo, o le quitaba los juguetes que él tenía, y luego no los utilizaba… La madre sufrió al ver esto, y se le ocurrió contar a sus hijos un cuento sobre cómo deben quererse los hermanos. Pensó oportunamente, que hablar en un cuento sobre un problema real y personalizado ayudaría a poner algo de cordura en la relación filial, y que de esa manera, ambos hijos aprenderían enseñanzas nuevas y valores de una manera poco común, hecho que les llamaría más la atención.
Fue enlazando detalles de lo que había visto la tarde anterior, analizando la relación que se había tornado sin quererlo hacia un lado algo caótico, viendo como se podría enderezar, poniendo nombre a los personajes, los cuales eran dos frutas que siempre iban juntas, fue añadiendo aclaraciones para determinar la historia, definir bien los personajes, y poder unir toda esa macedonia con un final que realmente fuera cautivador para los niños. Una vez hecho esto, tenía la redacción completa, incluida la moraleja final, guinda de cualquier cuento.

COMO CONTAR UN CUENTO PARA CAPTAR LA ATENCION DE LOS NIÑOS

La madre se aprendió muy bien la historia, pues aunque leería su cuento, no quería que la memoria le jugase una injusta pasada. Había preferido dedicar espacio mental a disfrutar del cuento, preocupándose por darle la entonación más adecuada según el momento de la narración, dar expresividad a su voz, con altibajos de la misma para generar mayor interés y atención en los niños, y hacer que el cuento fuera sonorizado, que pareciese que hablaba por sí mismo.
Así, cada vez que apareciese un nuevo personaje en escena, la madre ponía una voz diferente, estaba personalizando cada participante del cuento, lo cual despertaba el interés en los pequeños, que de vez en cuando hacían preguntas y aclaraciones de los personajes. Si en el cuento algo caía al suelo, o alguien roncaba, interpretaba las onomatopeyas para darle más sonoridad y creencia a la historia. Y poco a poco, consiguió que sus hijos estuvieran estupefactos, sin pestañear, y con una expresión de expectación en el rostro que demostraba que sus cinco sentidos estaban funcionando al máximo rendimiento.
Realmente estaban disfrutando del cuento, al igual que la madre, que contaba y contaba, con gestos, muecas, voces diferentes… De vez en cuando, la madre les preguntaba algo relacionado con el cuento, o les hacía repetir alguna palabra mágica, a lo que los niños respondían ilusionados y rápido, porque estaban ansiosos por saber que pasaría un instante después en su historia. Todos estaban inmersos en una atmósfera de imaginación e ilusión difícil de disolver en esos momentos, y tan sólo existía alguna conexión con la realidad porque estaban en la habitación en penumbra, sin luces ni estímulos de ningún tipo, tan sólo la voz de su madre, y el papel entre las manos, lo cual les recordaba que en algún momento tenían que dormirse, pero no podían. El cuento estaba terminando, y ellos debían seguir bien atentos…

EL MEJOR AMBIENTE PARA CONTAR CUENTOS

¿Porqué esa madre estaba disfrutando tanto contando su pequeña historia? Seguramente se sentía muy orgullosa de sus hijos, de cómo estaban aprendiendo tantas cosas a través del cuento que ella misma había escrito casi sin darse cuenta, y que ahora estaba disfrutando al contarlo, estaba experimentando una sensación de bienestar, orgullo y satisfacción difícil de describir y de comparar con algo tan cotidiano y sencillo como lo era un cuento.
Para que esto estuviese ocurriendo, la madre eligió el momento más armonioso para todos. El placer de ir a dormir después de una agotadora jornada de actividades, y el cansancio acumulado de ello en los niños y en la madre, hacían que los canales de información en todos estuviesen en reposo absoluto, de manera que las enseñanzas derivadas del cuento pulularan por las mentes infantiles como mariposas por el aire, que se posa cuando ve una flor abierta. Así, los niños asimilaban de manera especial y relajada, lo que la madre les estaba contando.
Los niños sabían que su madre les estaba dedicando ese espacio de tiempo de manera exclusiva a ellos, de manera totalmente desinteresada, y de forma particular, estaba contando el cuento, no leyéndolo, por lo que implicaba recrearse con el cuento, vivirlo, disfrutarlo, todo ésto estaba generando un ambiente muy propicio y muy positivo para la complicidad paterno-filial, que se estaba consolidando plenamente.

MORALEJA DE COMO CONTAR UN CUENTO

La moraleja como bien se sabe, es el aprendizaje resumen de una historia real o imaginaria, en este caso, de un cuento. Contar un cuento, actividad aparentemente tan sencilla y retadora, llega a tener un alcance formidable en el desarrollo de los pequeños, donde no parece haber límites, y se empatiza con el mundo en sus dos vertientes, real e imaginario, de manera resolutiva, aprendiendo a solucionar conflictos, y donde se desarrolla la imaginación hasta límites insospechados.


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