lunes, 25 de febrero de 2019
lunes, 18 de febrero de 2019
Soneto de Lope de Vega
Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
jueves, 14 de febrero de 2019
miércoles, 13 de febrero de 2019
Beatriz Galindo, escritora del siglo de oro
Beatriz Galindo
Beatriz Galindo, llamada la Latina (Salamanca,
c. 1465-Madrid, 23 de
noviembre de 1535), fue una escritora y humanista española,
maestra de latín y gramática de
la reina Isabel la Católica y preceptora de
sus hijos.
Natural de la ciudad de Salamanca,
su fecha de nacimiento aún suscita algunas dudas: la mayoría de investigadores
la sitúan en 1465, pero algunos en 1464.
Nació en el seno de una familia hidalga que
había sido acaudalada, pero venida a menos. Era probablemente hermana de Gaspar de Gricio, que tuvo
en la corte el cargo de secretario del príncipe Juan y que
después lo fue de la reina Isabel. Parece que su baronía era Gricio,
linaje hidalgo del reino de León,
y que por algún costado provenía de los Galindos de la ciudad de Écija.
A causa de su inteligencia y afición a las letras,
sus padres la eligieron entre las hijas del matrimonio para destinarla al claustro, y decidieron que
tomase clases de gramática en una de las academias de la Universidad de Salamanca. Mostró grandes
dotes para el latín: a los quince años de edad, no sólo leía y traducía bien
los textos clásicos, sino que también era capaz de hablar y escribir en esta
lengua con gran corrección y fluidez. Su fama se extendió primero por Salamanca
y después por todo el reino y empezó a ser conocida como la
Latina. También dominaba el griego,
y gustaba especialmente de Aristóteles.
En 1486, cuando se estaba preparando para ingresar en el convento como monja,
fue llamada por la reina Isabel la Católica a la corte. El
cronista Gonzalo Fernández de Oviedo describió
a Beatriz Galindo como:
Su presencia en la Corte no se limitó únicamente a sus labores como
preceptora, sino que, como narra Lucio Marineo Sículo, la reina tenía en
muy alta estima sus consejos.
Casada en diciembre de 1491 con el capitán artillero y consejero de los
Reyes Católicos Francisco Ramírez de Madrid, boda para la
que los Reyes Católicos le dieron una dote de 500.000 maravedíes,
tuvo dos hijos, Fernán y Nuflo. Enviudó en 1501, retirándose de la corte y
asentando su residencia en Madrid, en el que hoy es el Palacio de Viana, que está muy remodelado.
Se le debe la fundación del hospital de la Latina (1499-1507) y
de los conventos o monasterios de la Concepción Francisca y la Concepción Jerónima (donde
fue enterrada), en Madrid. Se le atribuyen poesías latinas y unos Comentarios a Aristóteles.
Escribía poesía en latín y había estudiado teología y
medicina.
Beatriz Galindo forma parte de este grupo de mujeres
educadas desde su infancia en las lenguas clásicas, latín y griego, y a las que
se instruyó con todo el saber del humanismo, exceptuando la retórica, que se suponía propio de los varones
ya que preparaba para la política y la guerra. Formaron parte de las cortes
renacentistas peninsulares durante los siglos XV y primera mitad del siglo XVI
y tuvieron como impulsoras principalmente a la reina Isabel la Católica y
a Doña María de
Portugal. Isabel iba a favorecer la creación de la Casa de la
Reina, espacio de encuentro de estas mujeres eruditas. Los libros
fueron bienes muy estimados.
Son una de las varias respuestas peninsulares junto
a Isabel de Villena, Teresa de Cartagena y
otras a la Querella de las
mujeres. Christine de Pisanfue
ampliamente conocida en el mundo humanista peninsular. Ejemplo de ello es que
la reina Isabel tenía un ejemplar en francés de La ciudad de las
damas en su biblioteca. La lengua generalmente usada en
sus escritos es el latín.
En España la lista es larga y especialmente ilustre.
La encabezan cinco reinas que fueron discípulas de Beatriz Galindo: la propia
reina Isabel I y sus cuatro hijas: Juana, reina de
Castilla; Catalina, reina de
Inglaterra, e Isabel y María,
reinas ambas de Portugal. También cabe citar a Luisa de Medrano, primera profesora de una
universidad hispánica; a Francisca de Nebrija, hija
de Antonio de Nebrija, que
colaboró con su padre en la Gramática castellana y
le sucedió en la cátedra de retórica; a María Pacheco, hija del conde de Tendilla y
mujer del comunero Padilla; a Ana de
Cervatón, señora de
Chucena, dama de honor de la reina Germana de Foix; a Juana de
Contreras, que como la anterior fue discípula y corresponsal
de Lucio Marineo Sículo; y a otras muchas como Ángela de
Carlet o Isabel de
Vergara. Todas fueron brillantes cultivadoras del género
epistolar, pero no se conserva de ellas mucha obra escrita, salvo de Luisa Sigea.
lunes, 4 de febrero de 2019
Poetisa del siglo de oro. Cristobalina Fernández de Alarcón
Cristobalina
Fernández de Alarcón
Cristobalina Fernández de Alarcón (Antequera,
provincia de Málaga, 1576 - íd., 16 de
septiembre de 1646) fue una poetisa malagueña
del Siglo de Oro.
Fue hija natural, pero reconocida, del escribano público Gonzalo Fernández
Perdigón, quien le dejó en herencia la quinta parte de todos sus bienes, según
testamento otorgado el 6 de mayo de 1597. Su familia era pudiente y su tía
Beatriz de Rivera pudo dispensarle una excelente educación gramatical y latina
con preceptores como Bartolomé Martínez y Juan de Aguilar, de forma
que pasó a formar parte del colectivo femenino de humanistas que Quevedo llamó
despectivamente "hembrilatinas", junto con Luisa Sigea, Francisca de Nebrija, Luisa de
Medrano y Beatriz
Galindo, entre otras; dentro de ellas fue la poetisa más importante
e influyente.
En 1591 contrajo un primer matrimonio con el comerciante malagueño Agustín
de los Ríos en Santa María, del que enviuda en 1603; luego celebró sus segundas
nupcias en 1606 con el estudiante de ascendencia portuguesa Juan Francisco
Correa, con quien tendría cuatro hijos: María, Manuela, Ana y Francisco. No se
conserva toda su obra. Ganó diversos certámenes literarios, lo que le valió las
críticas airadas de Francisco de Quevedo y de Luis de Góngora. De su abundante obra, sin
embargo, no más han subsistido quince poemas.
Sostuvo una relación platónica con el poeta de la Escuela antequerano-granadina Pedro de
Espinosa, que le inspiró su «Canción amorosa» y aparece en sus
versos con el nombre de "Crisalda"; despechado, Pedro De Espinosa se
hizo sacerdote y se retiró a la ermita de la Magdalena tras el segundo
matrimonio de la escritora. Con su segundo marido vivió en Estepa entre 1614 y
1616, trabajando para el marqués de Estepa. Enviudó por segunda vez
y se trasladó de nuevo a Antequera con una de sus hijas. Cultivó temas religiosos
y místicos, pero también los profanos, ganando numerosos premios en justas y
certámenes poéticos con sonetos, quintillas y comedias en verso. Cuando Lope de Vega llegó
a Antequera en 1602, la visitó y la alabó como la «musa antequerana» o la
«sibila de Antequera» en su Laurel de Apolo.
En 1615 escribió su poema más famoso para celebrar la beatificación
de Santa Teresa de Jesús, premiada en unas
justas poéticas en Córdoba en 1616. Está sepultada en la
parroquia de San Sebastián de su Antequera natal.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)