lunes, 18 de febrero de 2019

Soneto de Lope de Vega

Un soneto me manda hacer Violante
que en mi vida me he visto en tanto aprieto;
catorce versos dicen que es soneto;
burla burlando van los tres delante.
Yo pensé que no hallara consonante,
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto,
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Por el primer terceto voy entrando,
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

¿Por qué amo las Bibliotecas?


Lectura



El tesoro de los remedios del alma


La lectura nos trae sorpresas


Leer es existir


miércoles, 13 de febrero de 2019

Beatriz Galindo, escritora del siglo de oro


Beatriz Galindo
Beatriz Galindo, llamada la Latina (Salamanca, c. 1465-Madrid23 de noviembre de 1535), fue una escritora y humanista española, maestra de latín y gramática de la reina Isabel la Católica y preceptora de sus hijos.
Natural de la ciudad de Salamanca, su fecha de nacimiento aún suscita algunas dudas: la mayoría de investigadores la sitúan en 1465, pero algunos en 1464.
Nació en el seno de una familia hidalga que había sido acaudalada, pero venida a menos. Era probablemente hermana de Gaspar de Gricio, que tuvo en la corte el cargo de secretario del príncipe Juan y que después lo fue de la reina Isabel. Parece que su baronía era Gricio, linaje hidalgo del reino de León, y que por algún costado provenía de los Galindos de la ciudad de Écija. ​
A causa de su inteligencia y afición a las letras, sus padres la eligieron entre las hijas del matrimonio para destinarla al claustro, y decidieron que tomase clases de gramática en una de las academias de la Universidad de Salamanca. Mostró grandes dotes para el latín: a los quince años de edad, no sólo leía y traducía bien los textos clásicos, sino que también era capaz de hablar y escribir en esta lengua con gran corrección y fluidez. Su fama se extendió primero por Salamanca y después por todo el reino y empezó a ser conocida como la Latina. También dominaba el griego, y gustaba especialmente de Aristóteles. En 1486, cuando se estaba preparando para ingresar en el convento como monja, fue llamada por la reina Isabel la Católica a la corte. El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo describió a Beatriz Galindo como:
Su presencia en la Corte no se limitó únicamente a sus labores como preceptora, sino que, como narra Lucio Marineo Sículo, la reina tenía en muy alta estima sus consejos.
Casada en diciembre de 1491 con el capitán artillero y consejero de los Reyes Católicos Francisco Ramírez de Madrid, boda para la que los Reyes Católicos le dieron una dote de 500.000 maravedíes, tuvo dos hijos, Fernán y Nuflo. Enviudó en 1501, retirándose de la corte y asentando su residencia en Madrid, en el que hoy es el Palacio de Viana, que está muy remodelado.
Se le debe la fundación del hospital de la Latina (1499-1507) y de los conventos o monasterios de la Concepción Francisca y la Concepción Jerónima (donde fue enterrada), en Madrid. Se le atribuyen poesías latinas y unos Comentarios a Aristóteles. Escribía poesía en latín y había estudiado teología y medicina.
Beatriz Galindo​ forma parte de este grupo de mujeres educadas desde su infancia en las lenguas clásicas, latín y griego, y a las que se instruyó con todo el saber del humanismo, exceptuando la retórica, que se suponía propio de los varones ya que preparaba para la política y la guerra. ​ Formaron parte de las cortes renacentistas peninsulares​ durante los siglos XV y primera mitad del siglo XVI y tuvieron como impulsoras principalmente a la reina Isabel la Católica y a Doña María de Portugal. Isabel iba a favorecer la creación de la Casa de la Reina, espacio de encuentro de estas mujeres eruditas. Los libros fueron bienes muy estimados. ​
Son una de las varias respuestas peninsulares junto a Isabel de VillenaTeresa de Cartagena y otras a la Querella de las mujeresChristine de Pisanfue ampliamente conocida en el mundo humanista peninsular. Ejemplo de ello es que la reina Isabel tenía un ejemplar en francés de La ciudad de las damas en su biblioteca. ​ La lengua generalmente usada en sus escritos es el latín. ​
En España la lista es larga y especialmente ilustre. La encabezan cinco reinas que fueron discípulas de Beatriz Galindo: la propia reina Isabel I y sus cuatro hijas: Juana, reina de Castilla; Catalina, reina de Inglaterra, e Isabel y María, reinas ambas de Portugal. También cabe citar a Luisa de Medrano, primera profesora de una universidad hispánica; a Francisca de Nebrija, hija de Antonio de Nebrija, que colaboró con su padre en la Gramática castellana y le sucedió en la cátedra de retórica; a María Pacheco, hija del conde de Tendilla y mujer del comunero Padilla; a Ana de Cervatónseñora de Chucenadama de honor de la reina Germana de Foix; ​ a Juana de Contreras, que como la anterior fue discípula y corresponsal de Lucio Marineo Sículo;​ y a otras muchas como Ángela de Carlet o Isabel de Vergara. ​ Todas fueron brillantes cultivadoras del género epistolar, pero no se conserva de ellas mucha obra escrita, salvo de Luisa Sigea. ​


Devorar libros es mucho mejor


Mario de Sa - Carneiro


De Garcia Márquez


Frase de Mark Twain


Soneto de Lope de Vega


lunes, 4 de febrero de 2019

Poetisa del siglo de oro. Cristobalina Fernández de Alarcón


Cristobalina Fernández de Alarcón
Cristobalina Fernández de Alarcón (Antequera, provincia de Málaga1576 - íd.16 de septiembre de 1646) fue una poetisa malagueña del Siglo de Oro.
Fue hija natural, pero reconocida, del escribano público Gonzalo Fernández Perdigón, quien le dejó en herencia la quinta parte de todos sus bienes, según testamento otorgado el 6 de mayo de 1597. Su familia era pudiente y su tía Beatriz de Rivera pudo dispensarle una excelente educación gramatical y latina con preceptores como Bartolomé Martínez y Juan de Aguilar, de forma que pasó a formar parte del colectivo femenino de humanistas que Quevedo llamó despectivamente "hembrilatinas", junto con Luisa SigeaFrancisca de NebrijaLuisa de Medrano y Beatriz Galindo, entre otras; dentro de ellas fue la poetisa más importante e influyente.
En 1591 contrajo un primer matrimonio con el comerciante malagueño Agustín de los Ríos en Santa María, del que enviuda en 1603; luego celebró sus segundas nupcias en 1606 con el estudiante de ascendencia portuguesa Juan Francisco Correa, con quien tendría cuatro hijos: María, Manuela, Ana y Francisco. No se conserva toda su obra. Ganó diversos certámenes literarios, lo que le valió las críticas airadas de Francisco de Quevedo y de Luis de Góngora. De su abundante obra, sin embargo, no más han subsistido quince poemas.
Sostuvo una relación platónica con el poeta de la Escuela antequerano-granadina Pedro de Espinosa, que le inspiró su «Canción amorosa» y aparece en sus versos con el nombre de "Crisalda"; despechado, Pedro De Espinosa se hizo sacerdote y se retiró a la ermita de la Magdalena tras el segundo matrimonio de la escritora. Con su segundo marido vivió en Estepa entre 1614 y 1616, trabajando para el marqués de Estepa. Enviudó por segunda vez y se trasladó de nuevo a Antequera con una de sus hijas. Cultivó temas religiosos y místicos, pero también los profanos, ganando numerosos premios en justas y certámenes poéticos con sonetosquintillas y comedias en verso. Cuando Lope de Vega llegó a Antequera en 1602, la visitó y la alabó como la «musa antequerana» o la «sibila de Antequera» en su Laurel de Apolo.
En 1615 escribió su poema más famoso para celebrar la beatificación de Santa Teresa de Jesús, premiada en unas justas poéticas en Córdoba en 1616. Está sepultada en la parroquia de San Sebastián de su Antequera natal.


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